La mayoría de las personas se han preguntado acerca de cuál es el fin último del ser humano. En las publicaciones anteriores se ha discutido acerca de la ética (el estudio filosófico del comportamiento humano) y su relación con las demás ciencias, cómo esta influye sobre la conciencia moral, y cómo llevar a cabo repetidamente acciones especificas traen como resultado las virtudes y los vicios, que a su misma vez expresan la cualidad más sublime del ser humano, que es su libertad, la cual también se debe aplicar en el área profesional. Sin embargo, ¿cuál es el punto de hacer todas estas cosas? ¿Qué ventajas o desventajas trae al ser humano el llevar a cabo o no llevar a cabo cualquier acción que le plazca? Es imprescindible, por lo tanto, que para terminar esta serie de publicaciones, hablar un poco del fin último de la persona.
Se ha mencionado previamente que la persona posee libertad ('libertad-de.') De hecho, Rodríguez (2010) afirma que que el fin último es el 'para-qué' de la libertad, y que además es la mayor expresión de la misma (p. 207). Es cierto que cada persona establece una meta en su vida; sin embargo, ¿Cuál es el fin de dicha meta? No es el cumplimiento de la meta en sí, sino la consecuencia que el cumplirlo trae, a saber, la felicidad. El llevar a cabo una acción nos puede causar felicidad o tristeza. Cabe mencionar, que el ser humano busca de alguna manera la felicidad a través de sus actos. Ningún ser humano en la tierra diría que quiere ser infeliz.
Sin embargo, pueda darse la posiblidad que alcanzar una meta no satisfaga al ser humano por completo. Por ellos, a través de los años, los filósofos se han preguntado acerca de este fin último y cómo se puede alcanzar la felicidad a plenitud. El epicureísmo, por un lado, afirma que "el placer es el principio y el fin de una vida feliz." En cuanto a placer se refiere, Epicuro diferencia el placer entre el placer cinético (acción de gozar, o satisfacer una necesidad) y el placer estático o catastemático (ausencia de dolor); la felicidad, para este filosofo, se alcanza no del primero, sino liberándose de todo aquello que causa dolor. Por otra parte, el estoicismo afirma que la felicidad se puede alcanzar viviendo "según la naturaleza, que es lo mismo que vivir según la razón y que vivir según las virtudes éticas." En otras palabras, es una contraposición de lo que el epicureísmo afirmaba. Estos filósofos afirman que el hombre debe elegir lo que por naturaleza el es (hacer el bien), incluso aún si hacer el bien trae pobreza y/o enfermedad, elementos que no están de ninguna manera ligados a la felicidad; es decir, que una persona virtuosa y rica (por ejemplo) no es más feliz que una persona virtuosa y pobre. Por otra parte, está el escepticismo, que afirma que para ser feliz se debe ser indiferente hacia las otros puntos de vista, debido a que el conflicto que los mismas traen (al discutir sobre estos con otra persona) causa infelicidad.
Finalmente, Tomás de Aquino se preguntó acerca de qué es lo que realmente sacia al hombre. ¿Será que el practicar las virtudes es lo que lleva al ser humano saciar completamente su ser? Ante esto, Rodríguez (2010) afirma que "las virtudes no son ... el objeto que llena la voluntad (p. 140). Para Tomás de Aquino, por lo tanto, solo el conocimiento de la esencia de Dios es un bien verdaderamente completo y autosuficiente; sin embargo, esta felicidad no se logra en este vida; por ello, Tomás de Aquino establece dos caminos, la felicidad perfecta, que la constituye el hecho ya mencionado, y la felicidad imperfecta, que a su vez es una felicidad perfecta que se logra en esta vida.
Ahora bien, existe una relación estrecha relación entre lo que es el fin último y la práctica de las virtudes. Cabe mencionar que la felicidad (perfecta) no se puede lograr por los propios méritos, producto de alguna acción realizada; sin embargo, la felicidad imperfecta se logra cuando la vida está ordenada según las virtudes (Rodríguez, 2010, p. 145).
En conclusión, los filósofos se han preguntado acerca de como alcanzar la felicidad. En este artículo solo se han mencionado detalles acerca de lo que algunos pensantes han declarado. Se puede concluir, por tanto, bajo el punto de vista de Aquino y de otros muchos pensantes, que el aplicar la ética tanto en la vida personal como en la vida profesional puede ser causa de gozo, pero es una felicidad imperfecta, ya que el conocimiento pleno de un ser superior es lo que de verdad llena y satisface al ser humano, cosa que no se logra en esta vida.
Sin embargo, pueda darse la posiblidad que alcanzar una meta no satisfaga al ser humano por completo. Por ellos, a través de los años, los filósofos se han preguntado acerca de este fin último y cómo se puede alcanzar la felicidad a plenitud. El epicureísmo, por un lado, afirma que "el placer es el principio y el fin de una vida feliz." En cuanto a placer se refiere, Epicuro diferencia el placer entre el placer cinético (acción de gozar, o satisfacer una necesidad) y el placer estático o catastemático (ausencia de dolor); la felicidad, para este filosofo, se alcanza no del primero, sino liberándose de todo aquello que causa dolor. Por otra parte, el estoicismo afirma que la felicidad se puede alcanzar viviendo "según la naturaleza, que es lo mismo que vivir según la razón y que vivir según las virtudes éticas." En otras palabras, es una contraposición de lo que el epicureísmo afirmaba. Estos filósofos afirman que el hombre debe elegir lo que por naturaleza el es (hacer el bien), incluso aún si hacer el bien trae pobreza y/o enfermedad, elementos que no están de ninguna manera ligados a la felicidad; es decir, que una persona virtuosa y rica (por ejemplo) no es más feliz que una persona virtuosa y pobre. Por otra parte, está el escepticismo, que afirma que para ser feliz se debe ser indiferente hacia las otros puntos de vista, debido a que el conflicto que los mismas traen (al discutir sobre estos con otra persona) causa infelicidad.
Finalmente, Tomás de Aquino se preguntó acerca de qué es lo que realmente sacia al hombre. ¿Será que el practicar las virtudes es lo que lleva al ser humano saciar completamente su ser? Ante esto, Rodríguez (2010) afirma que "las virtudes no son ... el objeto que llena la voluntad (p. 140). Para Tomás de Aquino, por lo tanto, solo el conocimiento de la esencia de Dios es un bien verdaderamente completo y autosuficiente; sin embargo, esta felicidad no se logra en este vida; por ello, Tomás de Aquino establece dos caminos, la felicidad perfecta, que la constituye el hecho ya mencionado, y la felicidad imperfecta, que a su vez es una felicidad perfecta que se logra en esta vida.
Ahora bien, existe una relación estrecha relación entre lo que es el fin último y la práctica de las virtudes. Cabe mencionar que la felicidad (perfecta) no se puede lograr por los propios méritos, producto de alguna acción realizada; sin embargo, la felicidad imperfecta se logra cuando la vida está ordenada según las virtudes (Rodríguez, 2010, p. 145).
En conclusión, los filósofos se han preguntado acerca de como alcanzar la felicidad. En este artículo solo se han mencionado detalles acerca de lo que algunos pensantes han declarado. Se puede concluir, por tanto, bajo el punto de vista de Aquino y de otros muchos pensantes, que el aplicar la ética tanto en la vida personal como en la vida profesional puede ser causa de gozo, pero es una felicidad imperfecta, ya que el conocimiento pleno de un ser superior es lo que de verdad llena y satisface al ser humano, cosa que no se logra en esta vida.
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